Me obsesioné con la idea de ser un buen vecino este año. ¿Qué significa? y ¿quién es mi prójimo?¿Mi vecino?
Un experto de la ley pregunta a Jesús exactamente eso en Lucas 10. Le pregunta ¿Quién es mi “prójimo”? porque los judíos tenían muchos enemigos; los samaritanos, romans… y era una pregunta normal en esa época. Jesús empieza a contar una parábola que hoy llamamos el “Buen Samaritano” pero fue muy controversial en el primer siglo.
Un hombre fue atacado y dejado por muerto en medio camino de Jerusalén a Jericó. Un sacerdote y Levita lo ignoraron. Imagínate, estos dos eran como los pastores y líderes de alabanza de su tiempo. Hablaban públicamente de cuidar al pobre, pero en el momento de necesidad no lo hicieron, dejaron a su paisano por muerto. Luego, viene un samaritano… Samaritanos eran odiados, despreciados, y excomunicados de la comunidad judía. Eran la escoria del mundo en la perspectiva de los judíos. Y Jesús, siempre en contra del sistema de este mundo, dice que dos “justos” ignoraron al necesitado y después viene este impío. El impío ayuda al afligido y lo lleva a un hotel, lo paga y se encarga de todas sus necesidades.
Hay que prestar atención a esa interacción.
Jesús pregunta al experto do la ley, “¿Qué piensas? ¿Cuál de los tres se hizo ‘vecino’ del víctima?”
“El que tuvo compasión” dijo el experto de la ley.
“Ve y haz lo mismo” replicó Jesús.
Nuestro vecino no es él quien se parece a nosotros ni quien nos conviene ayudar. Ser un buen vecino es tocar el corazón de Dios y experimentar su compasión. Es sin límites, ni fronteras, ni calificaciones, y no discrimina. Se trata de ver a cada ser humano a través de los ojos de Dios.
¿Con quién no has tenido compasión? ¿Tienes vecinos que no conoces? ¿Estás demasiado ocupado para ver las oportunidades de amar y practicar compasión?
Toma un momento hoy para leer Lucas 10. Pide al Señor que te abra los ojos a ver su compasión y amor por el más pequeño, el afligido, el marginado y que te dé compasión para tu vecino.
- Evan Craft